Salsa boloñesa, receta de la “mamma”

La receta de salsa boloñesa es una de las más conocidas de la cocina italiana. Una salsa muy versátil, a base de carne y verduras, que se utiliza principalmente para la pasta, aunque en Italia, al contrario que en España, se usa principalmente con tallarines, o con pasta corta, y no con espaguetis.

La salsa boloñesa es también conocida como ragú alla bolognese, precisamente porque su proceso de cocción se realiza con el estofado de la carne junto con las verduras a fuego lento. Es ese largo tiempo de cocción lo que confiere su particular sabor, por lo que no se trata de hacer salsa de tomate a la que le añadimos carne. Cómo me decía una amiga italiana: el secreto está en el chup, chup.

Su origen está en la ciudad de Bolonia, ubicada en la región de Emilia Romaña, y se remonta al siglo XVIII, aunque ha sufrido variaciones a lo largo del tiempo. Su versión más antigua llevaba carne de vacuno picada, panceta, cebolla, zanahoria, apio, vino blanco, leche y tomate concentrado. La carne se cocinaba junto con el resto de vegetales a fuego lento.

Una receta tan popular, como no podía ser de otro modo, ha sufrido variaciones según el cocinero y la región que la adoptaba, por ejemplo en algunos sitios se usa vino tinto en lugar de blando o se incorporan otros ingredientes como el tocino.

Lo que está claro es que la auténtica receta de salsa boloñesa no incluye el tomate en lata o el kétchup que son comúnmente usados fuera de Italia y a los italianos les da pavor verlo. Esta es una receta sencilla, pero que requiere de un largo tiempo de cocción, para que se fusionen correctamente los sabores, por lo que no es adecuada si quieres preparar algo rápido.

Hoy vamos a preparar la receta más tradicional, como lo hace la “mamma” en las casas de esta región de Italia y que se ha ido transmitiendo generación tras generación con algunas variaciones hasta llegar a esta receta de salsa boloñesa.

¿Se puede congelar la salsa boloñesa?

Sí, la salsa boloñesa se puede congelar, el proceso de congelación y descongelación puede hacer que pierda un poco su excelente sabor, pero aquí tenemos algunos trucos para recuperar ese sabor fácilmente.

Congelar la salsa boloñesa puede ser una forma excelente de tenerla siempre a mano y poder preparar rápidamente un poco de pasta sin perder mucho tiempo, ya que la elaboración de la salsa requiere de mucho tiempo de cocinado a fuego lento.

¿Cómo congelar salsa boloñesa?

Para congelar la salsa boloñesa lo primero es asegurarse de que está completamente fría antes de ponerla en un recipiente adecuado para el congelador como bolsas de plástico con cierre hermético o recipientes de vidrio o plástico.

Al igual que con el agua que congelamos, para la salsa es necesario dejar un poco de espacio libre en el recipiente, ya que la salsa se expandirá al congelarse.

Una vez tengamos la salsa en el recipiente (ten en cuenta como la usarás y divídela con eso en mente, pues una vez descongelada no se puede volver a congelar) asegúrate de cerrarlo correctamente y ponerle la fecha de congelación, así podrás saber fácilmente si la salsa sigue en buenas condiciones para usarla.

¿Cuánto tiempo puede almacenarse congelada la salsa boloñesa?

Puedes tenerla en el congelador durante 3 meses sin que pierda prácticamente nada de su sabor. A partir de ahí y hasta los 6 meses se puede utilizar, pero ya no será lo mismo; más allá de los 6 meses te recomendaría tirarla y hacerla de nuevo, la experiencia culinaria con tanto tiempo de congelación será bastante pobre.

¿Cómo descongelar salsa boloñesa para que mantenga todas sus propiedades?

Para utilizar la salsa boloñesa congelada, lo mejor es sacarla del congelador y déjala descongelar en el frigorífico, pero si necesitas ir con más prisa puedes sumergirla en agua fría (no estará igual de bien, pero te servirá para sacarte de un apuro). Una vez descongelada, caliéntala en una tartera a fuego bajo removiendo con frecuencia hasta que esté caliente.

Si observas que la salsa se ha quedado demasiado espesa tras el proceso de congelación puedes añadir un poco de agua o caldo para mejorar la consistencia, recuerda que debe quedar espesa para que contenga su sabor.